eBook, 70 pages
English language
Published March 1, 2004 by Project Gutenberg.
After leaving Vienna, and long before you come to Budapest, the Danube enters a region of singular loneliness and desolation, where its waters spread away on all sides regardless of a main channel, and the country becomes a swamp for miles upon miles, covered by a vast sea of low willow-bushes. On the big maps this deserted area is painted in a fluffy blue, growing fainter in color as it leaves the banks, and across it may be seen in large straggling letters the word Sumpfe, meaning marshes. In high flood this great acreage of sand, shingle-beds, and willow-grown islands is almost topped by the water, but in normal seasons the bushes bend and rustle in the free winds, showing their silver leaves to the sunshine in an ever-moving plain of bewildering beauty. These willows never attain to the dignity of trees; they have no rigid trunks; they remain humble …
After leaving Vienna, and long before you come to Budapest, the Danube enters a region of singular loneliness and desolation, where its waters spread away on all sides regardless of a main channel, and the country becomes a swamp for miles upon miles, covered by a vast sea of low willow-bushes. On the big maps this deserted area is painted in a fluffy blue, growing fainter in color as it leaves the banks, and across it may be seen in large straggling letters the word Sumpfe, meaning marshes. In high flood this great acreage of sand, shingle-beds, and willow-grown islands is almost topped by the water, but in normal seasons the bushes bend and rustle in the free winds, showing their silver leaves to the sunshine in an ever-moving plain of bewildering beauty. These willows never attain to the dignity of trees; they have no rigid trunks; they remain humble bushes, with rounded tops and soft outline, swaying on slender stems that answer to the least pressure of the wind; supple as grasses, and so continually shifting that they somehow give the impression that the entire plain is moving and alive. For the wind sends waves rising and falling over the whole surface, waves of leaves instead of waves of water, green swells like the sea, too, until the branches turn and lift, and then silvery white as their underside turns to the sun.
En Los sauces, nos encontramos dos excursionistas que bajan por el cauce del Danubio en lo que iba a ser un viaje de placer. A una determinada altura del río donde se forma una isla artificial deciden acampar y pasar la noche para no adentrarse más en una zona especialmente complicada. La estancia en la isleta se hace cada vez más opresiva; en esa zona donde los sauces dominan el horizonte, ambos sienten una presencia terrible y no humana que amenaza su cordura y quizá algo más.
Blackwood apuesta por una naturaleza inhóspita, salvaje, que va más allá de lo puramente animista. Los personajes intuyen en su entorno una fuerza que va más allá de su comprensión, que se han adentrado en un territorio que no les pertenece, que desdibuja la frontera entre lo humano y lo inhumano. Como cita Llopis en su Historia natural en los cuentos de miedo, «El meollo de toda la obra de ficción de Blackwood es la confrontación del hombre moderno de la época postracionalista con aterradoras fuerzas naturales o sobrenaturales»”.
Los sauces es un relato corto (apenas unas setenta páginas) en las que encontramos las cotas más altas de Blackwood. Sin apenas usar el diálogo, el narrador interno del relato nos va introduciendo poco a poco en ese ambiente que se va enrareciendo alrededor de los dos personajes. Blackwood es un maestro a la hora de que un escenario aparentemente tan idílico como la campiña centroeuropea se convierta paulatinamente en un lugar ajeno a cualquier noción humana. Los personajes son bamboleados por esta incertidumbre, y por la malignidad de esa presencia que tan sólo intuyen.
La edición de Hermida es excelente. No sólo por la excelente traducción de Óscar Mariscal, que también redacta una breve noticia sobre el autor, sino por los textos, la mayor parte de ellos inéditos en español, que se incluyen de H. P. Lovecraft, extraídos de su correspondencia, que permanece todavía, inexplicablemente, sin traducción a nuestro idioma. Los sauces es, quizá, la mejor oportunidad de conocer a este autor formidable que habría de tener una importancia capital en la literatura de género posterior.