Bird_p137 reviewed El guardián entre el centeno by J. D. Salinger
Holden no quiere que crezcas. Yo tampoco.
5 stars
Lo abrí por curiosidad. El guardián entre el centeno . Todo el mundo hablaba de él. “Un clásico”, decían. Lo que no esperaba era que Holden Caulfield —con su voz rota, sarcástica, brutalmente honesta— me atrapara como un amigo perdido.
No hay tramas épicas. No hay giros espectaculares. Hay un chico de 16 años que huye de todo: del colegio, de sus padres, de la tristeza. Sobre todo, de la hipocresía del mundo adulto. Y mientras lo seguía por las calles de Nueva York, me sentí como si caminara con él. Porque Holden no narra una historia. Te confiesa su vida.
Su rabia me conmovió. Su ternura con su hermana Phoebe me desarmó. Y sus pensamientos sobre la muerte, el amor y el sentirse fuera de lugar… eso me golpeó de lleno.
¿Quién no se ha sentido un poco perdido, un poco fuera del mapa? ¿Quién no ha querido proteger …
Lo abrí por curiosidad. El guardián entre el centeno . Todo el mundo hablaba de él. “Un clásico”, decían. Lo que no esperaba era que Holden Caulfield —con su voz rota, sarcástica, brutalmente honesta— me atrapara como un amigo perdido.
No hay tramas épicas. No hay giros espectaculares. Hay un chico de 16 años que huye de todo: del colegio, de sus padres, de la tristeza. Sobre todo, de la hipocresía del mundo adulto. Y mientras lo seguía por las calles de Nueva York, me sentí como si caminara con él. Porque Holden no narra una historia. Te confiesa su vida.
Su rabia me conmovió. Su ternura con su hermana Phoebe me desarmó. Y sus pensamientos sobre la muerte, el amor y el sentirse fuera de lugar… eso me golpeó de lleno.
¿Quién no se ha sentido un poco perdido, un poco fuera del mapa? ¿Quién no ha querido proteger algo puro en medio del ruido? Eso es lo que Holden quiere: ser el guardián en el centeno. Evitar que los niños caigan al abismo de la adultez.
Salinger escribe sin adornos. Directo. Crudo. Real. Como si no escribiera, sino respirara en el papel.
Terminé el libro con un nudo. No es un final feliz, pero es un final sincero. Me quedé mirando al vacío unos minutos, como si Holden aún me hablara desde la página.
El guardián entre el centeno no es solo un libro. Es una voz. Una herida abierta. Un espejo.
Y ahora, cada vez que veo a alguien callado en un rincón, me pregunto si también está intentando no caer.