Bird_p137 reviewed The Bluest Eye by Toni Morrison
Miradas que duelen: Mi herida abierta tras leer Ojos azules de Toni Morrison
4 stars
Leer Ojos azules de Toni Morrison fue como abrir una herida y no querer cerrarla. La historia de Pecola Breedlove, una niña afroamericana que desea tener los ojos azules para sentirse amada, aceptada, bella, me golpeó más fuerte de lo que esperaba. Desde las primeras páginas supe que no estaba ante una novela cualquiera, sino ante una verdad que incomoda, que arde, que sacude.
Pecola no solo sufre racismo y pobreza; sufre la violencia silenciosa y cotidiana del desprecio. La sociedad le enseña, una y otra vez, que su existencia no vale. Y lo peor es que ella se lo cree. Esa fragilidad me rompió. Me vi obligado a mirar de frente lo que a veces preferimos ignorar: cómo la belleza puede convertirse en un arma, cómo la infancia puede deshacerse sin hacer ruido.
Morrison escribe con una mezcla única de poesía y crueldad. Cada palabra está medida, cada imagen …
Leer Ojos azules de Toni Morrison fue como abrir una herida y no querer cerrarla. La historia de Pecola Breedlove, una niña afroamericana que desea tener los ojos azules para sentirse amada, aceptada, bella, me golpeó más fuerte de lo que esperaba. Desde las primeras páginas supe que no estaba ante una novela cualquiera, sino ante una verdad que incomoda, que arde, que sacude.
Pecola no solo sufre racismo y pobreza; sufre la violencia silenciosa y cotidiana del desprecio. La sociedad le enseña, una y otra vez, que su existencia no vale. Y lo peor es que ella se lo cree. Esa fragilidad me rompió. Me vi obligado a mirar de frente lo que a veces preferimos ignorar: cómo la belleza puede convertirse en un arma, cómo la infancia puede deshacerse sin hacer ruido.
Morrison escribe con una mezcla única de poesía y crueldad. Cada palabra está medida, cada imagen cargada de dolor. No hay redención fácil, no hay final feliz. Solo queda la pregunta incómoda: ¿cuántas Pecolas siguen creyendo que no merecen ser vistas?
Ojos azules no es solo una historia sobre racismo o belleza. Es una autopsia del alma, una denuncia de los mecanismos que destruyen desde adentro. Cerré el libro con un nudo en la garganta, con rabia, con tristeza… pero también con gratitud. Porque Morrison no escribió para consolar: escribió para despertar. Y conmigo, lo logró.