Virginia Woolf’s novel chronicles a day in the life of Clarissa Dalloway, a politician’s wife in 1920s London, as she prepares to host a party that evening. The narrative follows Clarissa’s thoughts (and sometimes those of people she meets) as she goes about her errands, and events in the day remind her of her youth and friendships from the past. As the book progresses characters from the past emerge, igniting old feelings and making Clarissa question the life she has created for herself.
Mrs. Dalloway became the inspiration for Michael Cunningham’s 1998 novel The Hours.
Maybe I'll feel different at another point in my life, but I simply cannot recommend this book right now.
I had to go to third party sources to understand the whole thing due to its chaotic writing, and even after all that... turns out there was no story to follow, really.
I could certainly enjoy some descriptions, but it was overall a lot of effort to not prefer doing something else.
It was also the first book I read in a while so hopefully I'll come back in 20 years and find out how wrong I was.
Review of 'La Senora Dalloway/ Mrs. Dalloway (Biblioteca De Autor)' on 'Goodreads'
3 stars
Definitivamente, puedo decir ya lo que intuía desde hace bastante tiempo: el modernismo literario de principios del siglo XX que incorporó la técnica del monólogo interior no es lo mío. Soy consciente de su inmensa calidad y de su influencia decisiva en escritores que admiro, pero no consigo disfrutarlo de manera completa a pesar de que creo que la lectura, en ocasiones, no debe ser sólo puro entretenimiento, sino un reto intelectual.
Es imposible poner una nota negativa a un libro con tanta calidad. Sus párrafos resuenan, se sienten profundos y aquí y allá descubres revelaciones bellas y hondas sobre la experiencia humana (me quedo con los pasajes de la señora Kilman y de Septimus). Además, la mirada femenina en un ambiente cultural dominado por los hombres hace que tenga un interés extra.
Sin embargo, a pesar de todo lo anterior, la lectura se convierte en un reto extenuante. La …
Definitivamente, puedo decir ya lo que intuía desde hace bastante tiempo: el modernismo literario de principios del siglo XX que incorporó la técnica del monólogo interior no es lo mío. Soy consciente de su inmensa calidad y de su influencia decisiva en escritores que admiro, pero no consigo disfrutarlo de manera completa a pesar de que creo que la lectura, en ocasiones, no debe ser sólo puro entretenimiento, sino un reto intelectual.
Es imposible poner una nota negativa a un libro con tanta calidad. Sus párrafos resuenan, se sienten profundos y aquí y allá descubres revelaciones bellas y hondas sobre la experiencia humana (me quedo con los pasajes de la señora Kilman y de Septimus). Además, la mirada femenina en un ambiente cultural dominado por los hombres hace que tenga un interés extra.
Sin embargo, a pesar de todo lo anterior, la lectura se convierte en un reto extenuante. La deliberada dificultad del texto tiene el objetivo de que la narración tome el aspecto de un ir y venir de ideas propio de los pensamientos íntimos de varios personajes. Esto se me hace muy cuesta arriba a pesar de que hay narradora omnisciente y no llega a los extremos insufribles de Faulkner o Joyce.
Tampoco ha ayudado mi nula identificación con unos personajes de la alta sociedad londinense del periodo de entreguerras que son bastante frívolos en ocasiones, con una mirada crítica a su mundo demasiado soterrada en mi opinión.